viernes, septiembre 23, 2005

El muerto se asusta del degollado

O: Más pesa la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio...
O: el último *aullido* de la moda.


Mi atuendo: jeans vieeejos desteñidos, desflecados, etc; remera blanca XL que se *agenció* mi hermana de Cybercars; las Converse rojas (que me las compré años ha, porque un muchachito de mi preferencia las usaba, lo que da una pauta de la edad que tienen, digo porque convengamos que no era una actitud muy adulta que digamos la mía, no?); campera de jean; bolso lleno de apuntes y el pelo recogido a la buena de Dios con una gomita de esas estiradas que no dan ni pena. Así, ASÍ DIOS MÍO!!! osé salir de mi casa, subirme a un colectivo, mirar a una sra/srita de mediana edad, paquetona la vieja, bien arreglada y todo pero con un peinado un tanto alborotado, y pensar "Sra, no le da vergüenza salir con ese pelo a la calle???".
Con qué cara, mon Dieux, qué tupé.

Hablando de vestirse bien, otra vez se me dio por ir al supermercado un día que supongamos que era 31 de diciembre o una fiesta de esas, porque tenía que comprarme la bombacha rosa tradicional, y ahí nomás autocataloguéme como la peor vestida del recinto, tenía una remera que vino de unas vacaciones en Brasil que era -creo- del ex-novio de mi hermana (alias el innombrable), un short gris, ojotas y encima sin corpiño.
No, si cuando quiero soy una auténtica reina de la belleza.